La piel es un subproducto, consecuencia del consumo de carne, fuente principal de proteína para más del 90% de la población de todo el mundo. La industria de la piel recupera y recicla este subproducto para que no se convierta en un residuo y lo revaloriza en productos elegantes, nobles y útiles a la sociedad.

Uno de los pilares de la economía circular es que todos los residuos tengan una segunda vida útil como nuevas materias primas. En este sentido, el sector de la piel desde hace muchos siglos, recupera un subproducto del sector de la alimentación y lo recicla para que se pueda reutilizar como un bien de consumo sostenible de alto valor añadido.

Si el sector de la piel hubiera nacido a principios del siglo XX, todo el mundo tendría clara la vinculación con la economía circular.